SEGUNDA ENTRADA A CHILE

Desde Argentina hasta Chile la carretera estaba llena de nevados y las oficinas fronterizas… ¡en medio de ellos! En ese punto la frontera se llama paso La Cumbre y al entrar a Chile hay… ¡más nevados!, este lugar es muy famoso por el sky, se llama el Pórtico y aunque funciona todo el año, en invierno se llena de extranjeros, es la temporada alta.
El primer pueblo que encontramos en Chile se llama Los Andes y en la plaza conocimos a dos colombianas que se acercaron a hablarnos por la placa del carro, nos acompañaron a buscar hotel, pero todo estaba lleno o se nos salía mucho del presupuesto, entonces, una de ellas, Yesenia, de Calí, nos invitó a quedarnos en su casa donde vive con Gema una chilena, nos hicieron sentir tan bien que nos quedamos un día más.

Cuando por fin salimos de Los Andes, fuimos a Viña del Mar, estuvimos un ratico conociendo y seguimos hasta Quintero, una ciudad que queda como a 15 minutos de Viña del mar y tiene también unas bahías hermosas y allí nos quedamos.
Al otro día, volvimos a pasar por Viña del Mar, conocimos Valparaíso, Santiago y seguimos hasta San Fernando. Podrá parecer un poco acelerado, sobre todo por Santiago, pero muchas personas, incluyendo varios chilenos, nos habían dicho que no valía la pena, que allí no había nada que ver y nuestra guía de Suramérica lo confirmaba, así que dimos la vuelta por el centro y seguimos. Es una ciudad bonita y tal vez agradable para vivir, pero turísticamente no tiene mucho que ofrecer.

Continuando hacia el sur, conocimos el salto de Laja, está muy cerca de la carretera. Es una cascada hermosa, mejor que la foto lo describa.

Al día siguiente, fuimos a Temuco, principalmente a buscar una casa de cambio. Saliendo hacia Valdivia, vimos una camioneta que nos pitaba y nos saludaba y, sin saber porque, los saludábamos también, más adelante paramos y conocimos unos colombianos queridísimos: Héctor Losada, su esposa Maria Claudia y su hija Daniela. Aunque no estaba entre nuestros planes, fuimos a conocer Villarrica y Pucon con ellos, son dos ciudades muy bonitas que están junto al lago Villarrica, el cual tiene detrás un volcán nevado con el mismo nombre. Y al final del día fuimos a su casa, aceptando la invitación que nos hicieron. Nos quedamos allá esa noche y al día siguiente salimos para Valdivia, una ciudad hermosa y tranquila, a orillas de un río. Lo que más nos gustó de esta ciudad, fueron los lobos marinos a al lado del andén, muy cerca de la gente.

Desde Valdivia, se puede tomar un barco que va por el río, parando en las islas de Corral y Mancera, donde, además de unos paisajes muy bonitos, hay unos fuertes de la época de la conquista. Sin embargo, por ser temporada baja los barcos estaban en reparación así que, nos fuimos en el carro hasta Niebla (como a 20 minutos de Valdivia) y desde allí tomamos un barco pequeño a Corral, luego otro de ahí a Mancera y por último, uno que nos dejaba de nuevo en Niebla.

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