MÁS DEL NORTE DE ARGENTINA

Para salir de Salta, tomamos la vía Calehi y, desviándonos de la ruta, tomamos una carretera que nos llevó a la Cuesta del Obispo, un paisaje lleno de montañas verdes que se mezclan entre sí. En la carretera paramos a comprar algo en un puesto de artesanías de un señor que estuvo en la guerra de las Malvinas, tiene 12 hijos y no recibe pensión del gobierno…

Devolviéndonos, vimos lo que en tantas partes habíamos buscado ¡Cóndores! Dicen que fueron 3, honestamente yo solo vi dos, pero uno muy cerca. Emilia, la nieta de los señores que nos hospedaron en Salta, nos contó que allí se veían muchos cóndores, que siempre andaban en pareja y que cuando la hembra moría, el macho subía a lo más alto donde no hay oxigeno y se ahogaba; pero, que cuando el caso era el contrario, la hembra buscaba una nueva pareja...
Ese día, llegamos un pequeño pueblito llamado Viña y, de nuevo, encontramos hospedaje en una casa familiar, esta vez la dueña era María Copa una señora muy querida.

El día siguiente fue de los más bonitos que hemos tenido (ya no se cuantas veces hemos dicho ésto). La carretera hacia Cafayate esta rodeada de montañas rocosas con impresionantes formaciones como la garganta del diablo, el anfiteatro, la casa de los loros y el sapo, entre otros. Por el efecto del viento y el agua durante miles de años, toman formas y colores increíbles.
Al llegar a Cafayate, lo primero que hicimos fue probar los famosos helados de vino (ninguno sabía que eran famosos), de cabernet-sauvignon, a Ana María le hubieran encantado. Después, fuimos a conocer el museo del vino, no tan bueno como nos lo esperábamos, y continuamos hasta Santa María, donde, por tercera vez, nos hospedamos en una casa de familia, la casa de Margarita Villagra. La verdad, en Argentina nos ha gustado más quedarnos en casas de familias que en hoteles, pues además de que sale más barato es más cálido, más acogedor y es una buena forma de conocer un poco más a la gente y la cultura del país.

El 13 de octubre, tras 395 Km. de carretera llegamos a Chilecito y al otro día hasta Valle fértil, pasando de largo por los parques de Talampaya y Ishigualasto, que son patrimonio de la humanidad. Hasta ahora es lo único que nos hemos arrepentido de habernos perdido, gracias a un regaño de Juan Carlos que si los conoció.

Nuestra siguiente ciudad en el recorrido fue Mendoza, donde se produce el mejor vino de Argentina, nosotros por supuesto compramos una botella para comprobarlo. Mendoza tiene aproximadamente 500 mil habitantes, un poco más grande que Manizales. Era un lunes festivo y la plaza estaba llena de artesanías, gente y artistas callejeros, mucha vida para un festivo. Mendoza es una ciudad muy bonita, pero, la gran sorpresa la tuvimos al otro día, cuando saliendo de la ciudad, por la carretera para llegar a Chile, nos dimos cuenta que estaba rodeada de nevados, ¡casi 180º de nevados de izquierda a derecha! Y entre ellos estaba el Aconcagua, la montaña más alta de Suramérica.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Joso,

Murió Mercha de la Pava, tía de Armando de la Pava.

Arie.